Por un sistema alimentario diferente

19/10/20

El sistema alimentario global es como la famosa escultura “survival of the fattest”, que lleva una inscripción que dice: “Estoy sentado en la espalda de un hombre. Se está hundiendo bajo la carga. Haría cualquier cosa para ayudarlo. Excepto bajar de su espalda”. En los países pobres (abajo) aumenta el hambre y la inseguridad alimentaria. En los países ricos (arriba) aumenta la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles. Este sistema es insostenible porque profundiza las desigualdades, el desequilibrio ecológico y la crisis sanitaria al mismo tiempo. Pero hay muchas personas que se esfuerzan por cambiar todo el paradigma y demostrar que el camino sustentable es perfectamente viable. Esta es la historia inspiradora de una de ellas.

Matias Osman creó el Proyecto Alimentum con el ambicioso fin de promover un sistema alimentario más saludable, más económico, más sustentable, más igualitario, más soberano y más consciente. Este emprendedor de 39 años no dudó en experimentar con propio cuerpo para demostrar su hipótesis: si nos alimentamos de una manera más inteligente podemos terminar con el hambre, lograr una sociedad más equitativa, reducir las enfermedades no transmisibles y restaurar la biodiversidad en el planeta.

El próximo 25 de octubre Matías correrá una maratón después de haberse alimentado durante seis meses con un presupuesto de 100$ diarios (la mitad de la canasta básica alimentaria argentina), sin proteína animal (ni carne, ni huevos, ni leche), sólo vegetales, frutas, legumbres, cereales y frutos secos. De esta forma demostrará que su estado de salud es óptimo con una alimentación que de adoptarse de manera sistemática mejoraría el mundo en múltiples dimensiones.

El sistema alimentario global, signado por el exceso de comestibles ultraprocesados y proteína animal, no es sustentable por múltiples factores. No permite que todas las personas accedan a un plato de comida de calidad (el hambre aumenta desde 2014). No genera trabajo inclusivo de calidad. Desperdicia un tercio de los alimentos a lo largo de la cadena. Daña la salud de la población por un defecto de nutrientes y un exceso de azúcares, grasas, sal y calorías que se traduce en obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles. Demanda constantemente tierras productivas para la ganadería lo que provoca incendios en bosques, emisiones, erosión de suelos y calentamiento global. En resumen, la manera de comer actual dependiente de una explotación extensiva de los recursos nos está llevando a un punto de desequilibrio ecológico irreversible que terminará con la extinción humana.

Pero aún podemos salir de este laberinto grande y complejo. Matías Osman propone correr con la cabeza levantada a la colorida tabla de Objetivos de Desarrollo Sustentable (Fin de la pobreza, Hambre cero, Salud y bienestar, Agua limpia, Reducción de las desigualdades, Comunidades sostenibles, Producción y consumo responsable, Acción por el Clima, Vida de Ecosistemas terrestres y Alianza para lograr los objetivos).

Como explica Matías Osman, los únicos sponsors de su carrera “son las naranjas entrerrianas, las zanahorias mendocinas, las lentejas santafesinas y el maní cordobés, porque esta iniciativa no tiene marcas”. Pero, por supuesto, que la iniciativa busca miles de aliados dispuestos a avanzar por el camino sustentable.

Si vos también querés cambiar el sistema alimentario global, alíate al Proyecto Alimentum. Podés difundir la campaña con el hashtag #comediferente y convocar a seguidores a discutir sobre alimentos o corriendo unos kilómetros en 25 de octubre.

Seguí el proyecto en

https://www.instagram.com/proyectoalimentum/

 

 

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