Pacto Verde o Pandemonium

8/06/20

Las urgencias del coronavirus tejen un barbijo sobre nuestros ojos que nos dificulta ver más allá. ¿Qué haremos el día después de la pandemia? ¿Cómo saldremos de esta profunda crisis? Sólo hay dos caminos posibles. En este dilema podríamos jugarnos el futuro de muchas especies, incluyendo la humana.  

Algunos pretenden recuperar la economía apretando el acelerador, con la lógica expansionista de siempre, postergando la agenda ambiental, con más intensificación, consolidación y especialización de la producción. Otros creen que es necesario transformar radicalmente la economía, frenar las formas de explotación que vienen generando pobreza, hambre y destrucción ecológica  desde antes de la pandemia, y crear un nuevo sistema global sostenible.  En esta última corriente, se ubica el Pacto Verde y el Green New Deal.

Green New deal

El “Green New Deal” toma su nombre del famoso “New Deal”, el innovador plan que lanzó el presidente Franklin D. Roosevelt para que Estados Unidos  salga de la Gran Depresión de 1929. La palabra “Green” (verde) suma la dimensión ecológica a ese antecedente de cambio de paradigma económico y estado de bienestar. Así aumenta la apuesta, pretendiendo luchar contra el cambio climático y, al mismo tiempo, combatir la desigualdad y mantener los empleos.

En esta visión, la emergencia climática y la emergencia económica están interconectadas. Lo que no funciona para el medio ambiente, no funciona para las personas (y viceversa). El nuevo sistema productivo debe caminar armónicamente, con ambos pies. De un lado, proponen extender el uso de energía renovable, la eficiencia de los recursos y descarbonizar la economía estadounidense en 10 años consiguiendo que el segundo país con mayores emisiones de gas efecto invernadero —solo por detrás de China— tenga un nivel neto cero de emisiones. A la par, proponen mejorar la dimensión socioeconómica, incluyen combatir la desigualdad, garantizar el empleo —bajas médicas y de paternidad, vacaciones y pensión—, el acceso a la sanidad, a la vivienda, a los recursos básicos y a la educación de calidad para todos los estadounidenses.

La principal referente del Green New Deal es la congresista más joven de la historia estadounidense, la demócrata de origen latino Alexandria Ocasio-Cortez. Ella se presenta orgullosa y sin complejos, como una mujer joven trabajadora, latina, que vive en un apartamento de una habitación en el Bronx y que no tenía dinero suficiente para mantenerse en Washington hasta cobrar su primer salario. Alexandria afila su identidad en un roce continúo con Donald Trump, el poderoso presidente de Estados Unidos, blanco, millonario, macho alfa y  negacionista climático. Mientras Donald tira dardos por twitter en complicidad con Homero Simpson, Alexandria escribe notas sofisticadas y llenas de amor para Lisa Simpson.

Pacto Verde Europeo

Claro que el “Green New Deal” no se circunscribe a los Estados Unidos, sino que presupone un acuerdo mundial contra la desregulación globalizadora que aumenta la desigualdad y la temperatura planetaria al mismo tiempo. Se trata de un enfoque planetario y de futuro, que propone cambios de regulación que incluyen la relación entre los seres humanos y las condiciones materiales de la existencia. Este gran acuerdo se conoce como Pacto Verde y Europa parece ir a la vanguardia de su implementación.

Ursula Von Der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea, sostiene que “el Pacto Verde Europeo es la nueva estrategia de crecimiento que contribuirá a reducir las emisiones, así como a crear puestos de trabajo”. El vicepresidente ejecutivo, Frans Timmermans, declara que “frente a una situación de emergencia climática y medioambiental, representa una oportunidad para mejorar la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos mediante la transformación de nuestro modelo económico.” El gran objetivo es que Europa sea climáticamente neutra en 2050 y para conseguirlo la UE deberá recortar los gases emitidos en un 40% para el 2030. Lo anterior supone muchos pasos intermedios.

El mes pasado, la Comisión Europea en consonancia con el Pacto Verde Europeo, avanzaron en dos nuevas estrategias que se refuerzan entré sí y aúnan los intereses de la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores en pro de un futuro más sostenible.  Ambas iniciativas se presentaron, en  plena pandemia de coronavirus, como una manera de reforzar la resiliencia de las sociedades europeas ante futuras amenazas (impacto climático, incendios forestales, inseguridad alimentaria o brotes de enfermedades) apoyando prácticas más sostenibles. Al mismo tiempo pretenden servir a la transformación del sistema alimentario global, en colaboración con socios internacionales, como ejemplo movilizador y antecedente a presentar en el marco de las Naciones Unidas, durante la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de 2021.

//La Estrategia sobre la Biodiversidad” tiene el foco en devolver la naturaleza a nuestras vidas revirtiendo la pérdida de biodiversidad, el uso insostenible del suelo y el mar, la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación y las especies exóticas invasoras. Propone una serie de objetivos vinculantes con medida concretas a 2030, para regenerar los ríos y ecosistemas degradados, mejorar la salud de las especies y hábitats protegidos de la UE, devolver los polinizadores a las tierras agrícolas, reducir la contaminación, hacer más ecológicas las ciudades, aumentar la agricultura ecológica y mejorar la salud de los bosques. Se propone transformar un mínimo del 30 % de las tierras y mares de Europa en zonas protegidas administradas con eficacia y devolver a un mínimo del 10 % de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados.

 

//La  Estrategia de la Granja a la Mesa pretende reformar el sistema alimentario para que sea más equitativo, proteja la seguridad alimentaria y garantice dietas sanas y respetuoso con un medio ambiente también sano. Reducirá la huella ambiental y climática del sistema alimentario de la UE y reforzará su resiliencia, protegiendo la salud de los ciudadanos y garantizando los medios de subsistencia de los agentes económicos. La estrategia establece objetivos concretos para transformar el sistema alimentario de la UE, por ejemplo, reducir un 50 % el uso y el riesgo de plaguicidas, reducir como mínimo un 20 % el uso de fertilizantes, reducir un 50 % las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura, y alcanzar un 25 % de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica. También propone medidas ambiciosas para velar por que lo saludable sea también lo más sencillo para los ciudadanos de la UE, con una mejora del etiquetado para satisfacer mejor las necesidades de información de los consumidores sobre los alimentos saludables y sostenibles.

Los agricultores, los pescadores y los acuicultores europeos desempeñan un papel clave en la transición hacia un sistema alimentario más equitativo y sostenible, y recibirán apoyo de la política agrícola común y la política pesquera común a través de nuevos flujos de financiación y regímenes ecológicos para que adopten prácticas sostenibles. Muchos sostienen que hacer de la sostenibilidad una marca europea abrirá nuevas oportunidades de negocio y diversificará las fuentes de ingresos para los agricultores y los pescadores europeos.

 

Más sobre Pacto Verde Europeo en>https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es#:~:text=Acciones,biodiversidad%20y%20reducir%20la%20contaminaci%C3%B3n.

Otras notas relacionadas: https://www.zafran.com.ar/nutricion/pan-y-pandemia/

 

 

 

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