Una Salud

12/05/23

¿Qué significa “Una Salud” o “One Health”? Es una idea que cobró fuerza en la ONU durante la pandemia del coronavirus. La crisis sanitaria desnudó, al menos, tres cosas. Una, aún somos frágiles animales que siguen saliendo a la calle esencialmente para buscar comida. Dos, no existen las salvaciones individuales y nadie vive encapsulado en su propio cuerpo. Tres, las consecuencias de la pérdida de biodiversidad y la proliferación de las enfermedades zoonóticas pueden paralizar el mundo entero. La  vivencia global de la pandemia nos enseñó todo lo anterior de un cachetazo, divulgando que “nadie está sano (ni a salvo) hasta que todos los seres vivos están sanos”, algo que antes era una abstracción teórica en la visión sistémica de los objetivos de desarrollo sustentable.

Claro que éste concepto tiene correlatos en todas las dimensiones de la actividad humana, especialmente en una tan esencial como la alimentación. Según la FAO, “una salud” es un concepto fundamental para guiar la transformación del sistema agroalimentario a favor de la salud de las personas, animales, plantas y el medio ambiente, que no pueden disociarse. En base al reconocimiento de la interdependencia entre todas las especies y reinos, sirve para unificar acciones, integrar soluciones, equilibrar y optimizar todas las interacciones.

¿Cómo éste concepto abstracto puede guiar nuestras elecciones alimentarias de cada día? Es parte de un cambio cultural que trae, a las elecciones cotidianas, las variables de impacto social y ambiental. Es un enfoque que reconoce que lo que comemos no sólo influye en la salud de nuestro cuerpo, ni está recortado del mundo, sino que avala toda una serie de procesos productivos con impactos asociados. Aunque encontremos nuestra comida en un mismo lugar, envasada y lista para el consumo rápido, siempre tiene un pasado y un futuro. Esta mirada recupera el sentido histórico, nos invita a ver las películas que hay detrás de cada foto, a preguntarnos cómo llegó esa comida allí, adónde terminará el pack, qué repercusiones tuvo y tendrá en mi salud, la de las demás personas, la de las plantas, animales y  ecosistemas.

¿Cómo influye nuestra comida en la salud de todos los seres vivos? El sistema alimentario global amplía constantemente la frontera agropecuaria, incendiando humedales y destruyendo la biodiversidad. Estos impactos ambientales son la principal causa del calentamiento global, con sus sequías e inundaciones. Y, a la vez, desembocan en los crecientes problemas sanitarios como el coronavirus, el dengue u otras enfermedades zoonóticas. Desmontar es destruir las fronteras naturales entre especies, es extinguir, desplazar, incentivar la proliferación de otras y provocar contactos nuevos entre animales, que hacen de puentes para los virus. Fumigar es continuar el avance sobre la biodiversidad… Todas estas prácticas repercuten en la salud de las personas, inmediatamente con la exposición los agrotóxicos pero también indirectamente, como por ejemplo gestando las condiciones de nuevas enfermedades zoonóticas o pandemias.

Los desequilibrios y las influencias recíprocas son tan inmensas como difíciles de dimensionar. Desde la revolución industrial la humanidad alteró toda la vida en el planeta. Desaparecieron 571 especies de plantas y un tercio de los árboles del mundo quedaron en riesgo de extinción. Deforestamos más de 1.3 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de Sudáfrica). La biodiversidad se redujo tanto que hoy sólo 3 cereales (trigo, arroz y maíz) proveen más de la mitad de la proteína vegetal consumida. Somos 8000 millones de humanos, con una masa que pesa 300 millones de toneladas. Si sumamos todos los animales domésticos (1500 millones de cabezas de ganado, más cerdos, ovejas y gallinas, etc.) su masa ronda los 700 millones de toneladas. En contraste, la suma del peso de todos lo demás animales salvajes que logran sobrevivir (elefantes, ballenas, jirafas, lobos, pájaros, chimpancés, etc.) no llegan a 100 millones de toneladas. En conclusión, hoy los humanos con sus animales domésticos pesan diez veces más que todos los demás animales sobre la tierra.

Estos desequilibrios no suceden “allá lejos en la naturaleza salvaje”, sino que integran un sistema insalubre. Entran a las grandes ciudades como humo, suba de precios, migrantes sin tierra, profundización de las desigualdades, hospitales abarrotados de enfermos o pandemias que paralizan “la normalidad” durante meses. Paradójicamente, lejos de aprender de las nefastas consecuencias, el sistema agroalimentario global reacciona a la crisis profundizando el daño sobre la salud de las personas y la naturaleza. Manda de los laboratorios al campo más transgénicos, herbicidas y pesticidas que destruyen aún más la biodiversidad. Suma en sus ultraprocesados aún más conservantes (aunque puedan ser cancerígenos o no estén demostrados sus efectos tóxicos) para cuidar su rentabilidad frente a la crisis que auto provocó, como plagas u olas de calor.

En zafrán creemos en otra salida, que implica quitar todo lo que viene enfermando. Comida sin desmonte, sin incendios, sin químicos, sin explotación, sin dependencia, sin matar la biodiversidad, sin desplazar a la población nativa… Sabemos que nuestra comida tiene un inmenso impacto y creemos que puede ser la madre de todas las soluciones. Por eso, nos parece importante promover esta mirada sistémica y global. Por eso, nuestro propósito es mejorar el mundo a través de la alimentación. Creemos que es la  única manera de hacerlo. Necesitamos encontrar formas saludables de hacer comida, cuidando las salud de las personas, los animales, las plantas y los ecosistemas.

 

Más sobre One Health: Stepping up One Health action under FAO’s stewardship as chair of Tripartite Secretariat

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La pandemia nos recuerda la importancia del sistema alimentario (zafran.com.ar)

 

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