¿Cuál es la situación de la venta y el consumo de alimentos ultraprocesados en América Latina? ¿Qué son los alimentos “ultraprocesados”? ¿Por qué son un negocio soñado para las empresas y una pesadilla para la salud pública? ¿Cuántos tipos de ultraprocesados existen? ¿Cuáles ingredientes críticos aportan? ¿Cómo combatirlos?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) analizó datos hasta el 2014 en siete países de latinoamérica y realizó una proyección hasta la actualidad. Las conclusiones no fueron alentadoras.
Por un lado, la población de América Latina consume cada vez más alimentos y bebidas ultraprocesados. Entre el 2009 y el 2014 las ventas per cápita de los alimentos y bebidas envasados se mantuvieron esencialmente sin cambios, con un ligero aumento de 0,3%, mientras que las ventas de productos ultraprocesados crecieron en 8,3%. Entre 2015 y fines de 2019 se estima que la tendencia continuó y se proyecta que alcance un 9,2% a fin de año (equivalente a 482 kcal provenientes de ultraprocesados por día/persona).
Por otro lado, los alimentos y bebidas ultraprocesados están nutricionalmente desequilibrados. Tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con productos menos procesados. Además sacian menos, son más hiperglucémicos y suelen inducir a un consumo excesivo. Los 89 productos ultraprocesados incluidos en el análisis excedieron algún nivel recomendado de azúcares libres, grasa total, grasas saturadas o sodio. Dos terceras partes de esos productos superaron el nivel recomendado de dos o tres de estos nutrientes críticos.
Por todo esto, se propuso expresar la proporción de productos ultraprocesados en la dieta como índice de la calidad general de la alimentación.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
El sistema NOVA de clasificación de alimentos distingue cuatro grupos, según la naturaleza, grado y finalidad del procesamiento al que se someten antes de adquirirse: los productos sin procesar o mínimamente procesados; los ingredientes culinarios procesados; los alimentos procesados; y los alimentos y bebidas ultraprocesados. Los ultraprocesados se definen como formulaciones industriales elaboradas principal o totalmente a partir de sustancias derivadas de componentes de los alimentos, además de los aditivos usados para imitar e intensificar las cualidades sensoriales de los productos sin procesar o mínimamente procesados y las comidas preparadas con esos productos e ingredientes culinarios procesados. Se fabrican mediante procesos industriales que no tienen equivalentes en la cocina de casa, como la hidrogenación, la extrusión y el moldeado, así como el preprocesado para freír.
¿Por qué los productos ultraprocesados son negocio para las empresas?
Los consumidores tienden a elegirlos porque son productos listos para comer o beber, como snacks. Normalmente vienen en packagings atractivos que funcionan como “espejitos de colores” e incluso destacan propiedades saludables. Los productos ultraprocesados tienen un contenido mínimo de alimentos integrales o enteros, usan aditivos para obtener un color, una textura, un sabor y unas características de palatabilidad similares a los alimentos, combinaciones complejas de sal y azúcar y una imagen estudiada de marca, envasado, promoción multimedia y mercadotecnia intensiva para niños y adolescentes. Todo esto los hace duraderos, accesibles, atractivos, y altamente rentables. Los más vendidos son propiedad de empresas transnacionales.
¿Por qué los productos ultraprocesados no son negocio para los Estados?
En los últimos decenios, el rápido aumento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, la diabetes y otras enfermedades no transmisibles asociadas a esos estados amenaza no solo la salud y el bienestar de todos los países de América Latina y el Caribe, sino también sus perspectivas económicas. Los estudios muestran una relación directa entre el consumo creciente de los denominados “productos ultraprocesados” y el aumento de la obesidad en niños y adolescentes de la región y de las enfermedades no transmisibles. Por eso el plan de los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluye la “preocupación especial” por reducir el consumo de este tipo de alimentos con alto contenido de nutrientes críticos y calorías y bajo contenido nutricional.
¿Cuántos tipos de productos ultraprocesados hay?
El estudio de la OPS identifica 250 productos incluidos en Euromonitor como alimentos y bebidas ultraprocesados y los agrupa en 21 categorías según su semejanza: bebidas gaseosas; snacks dulces y salados; barras “energéticas”y snacks en barras; helados; caramelos (dulces); panes industriales; tortas, pasteles, postres ; galletas (bizcochos) ; cereales endulzados para el desayuno ; margarina y aceites y grasas para untar ; productos para untar (como mermelada y mantequilla de maní) ; queso procesado ; bebidas para deportistas y bebidas energéticas ; yogur endulzado con aromatizantes ; leche endulzada y bebidas lácteas en polvo con aromatizantes ; concentrados de jugo, jugos endulzados y bebidas afrutadas ; alimentos sólidos para lactantes ; platos y comidas listos para calentar ; sopas instantáneas ; fideos instantáneos ; salsas y aderezos. Hilando más fino, pueden identificarse 89 sub-categorías según el perfil de nutrientes.
¿Cuáles son los ultraprocesados que más nutrientes críticos aportan?
Según el análisis de ultraprocesados vendidos en siete países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela) todos los productos ultraprocesados contenían cantidades excesivas de al menos uno de los nutrientes críticos. La proporción de productos ultraprocesados que contenían exceso de azúcares libres fue de 55%; de grasa total, 40%; de grasas saturadas, 55%, y de sodio, 63%. Las bebidas azucaradas (bebidas gaseosas y otros jugos y bebidas endulzados), las galletas (bizcochos) y los dulces aportaban la mayoría de la energía alimentaria y también de los azúcares libres. Las bebidas gaseosas por sí solas aportaron la mitad (50%), y todos los jugos y bebidas juntos contribuyeron en más de los dos tercios (68%). Las galletas (bizcochos), la margarina y los aceites y grasas para untar, los snacks dulces y salados, y las tortas, pasteles y postres fueron los principales contribuyentes de la grasa total (59%) y las grasas saturadas (60%). Las galletas (bizcochos) solas aportaron casi una cuarta parte de la grasa total (22%) y las grasas saturadas (24%). La mitad de todo el sodio (50%) procedía de las salsas y aderezos. Otros importantes contribuyentes fueron las galletas (bizcochos), los panes industriales, los snacks dulces y salados, y la margarina y aceites y grasas para untar.
¿Qué recomienda la OPS para reducir los productos ultraprocesados?
La OPS recomienda desalentar el consumo de ultraprocesados para proteger la salud pública en la Región de las Américas. Fortalecer los sistemas alimentarios, tornándolos más racionales, apropiados y sostenibles. Escuchar las alertas sanitarias y darle prioridad máxima al problema destinando las inversiones necesarias de los gobiernos nacionales. Lograr un compromiso unánime de los Estados Miembros de la OPS para ejecutar un conjunto de políticas inteligentes, leyes, reglamentos e intervenciones efectivas para transformar el actual entorno obesogénico y detener el rápido avance de la epidemia de obesidad. Lo anterior incluye la reglamentación del etiquetado frontal, promoción, publicidad y regulación de la venta de los productos ultraprocesados, especialmente en las escuelas. También recomienda generar nuevas oportunidades de mercado e incentivos fiscales para proteger y aumentar la producción, disponibilidad, asequibilidad y consumo de alimentos sin procesar, mínimamente procesados y de comidas recién preparadas.
¿Por Argentina cómo andamos?
La Argentina está en tercer lugar de mayor consumo de productos ultraprocesados detrás de Chile y México. En 2da Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, cuyos resultados fueron presentados el mes pasado, quedó en evidencia el consumo deficiente de alimentos recomendados y el excesivo de ultraprocesados. El problema es especialmente grave en la población de niños y niñas, que consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y galletitas dulces, el doble de snacks y el triple de golosinas respecto de los adultos. Esto se traduce en el mayor porcentaje de obesidad infantil en niños y niñas menores de cinco años de la región.
//Informe completo de la OPS, Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: ventas, fuentes, perfiles de nutrientes e implicaciones normativas: http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/51523/9789275320327_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
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