En menos de lo que pensamos, tenemos a las fiestas nuevamente en nuestra lista de cosas a planificar ¿Dónde? ¿Con quién? ¿Qué cocino?…
A muchos les tocará recibir, a otros ser recibidos, pero ninguno estará exento del menú de las fiestas. Un menú adoptado, ajeno, donde los platos calurosos y contundentes son acompañados por las elevadas temperaturas a las que nos tiene acostumbrado el verano para estas fechas.
Surge, entonces, el interrogatorio: ¿Otra vez lo mismo del año pasado? ¿Prender el horno con este calor? ¿Qué cocino este año? Por otro lado, rememoramos los estados post-fiesta: haber comido de más, a lo que se le suma haber cocinado de más. Esto trae como consecuencia, la necesidad de reciclar las sobras en los días posteriores.
Entonces, va a ser clave organizarse y, luego, moderarse. Suena sencillo y complicado a la vez, pero es realizable.
Organizarse
Armar un menú con tiempo. No pueden faltar algunas ensaladas como para hacer más fresco y liviano el festejo. También se puede preparar con antelación, algún tipo de carne que luego pueda servirse fría (peceto, pollo), evitándonos el calor del horno y la corrida antes de que lleguen los invitados. Se puede ofrecer una picada previamente, con fiambres y quesos. Preferible poco y de buena calidad. En la picada se pueden incluir bastones de vegetales como zanahoria, apio, verduras en escabeche (con más vinagre que aceite), preparar mayonesas de vegetales, también.
Dentro de la organización, no solo es importante el qué, sino también, el cuánto. Hacer una lista detallada de los ingredientes que vamos a necesitar y la cantidad de comensales que vamos a recibir. Esto permite comprar solo lo necesario y no hacer trabajo de más. Es importante tener en cuanta la capacidad de nuestra heladera para contener todo aquello que compremos.
Cantidades
Se estima que la porción de carne para una persona es de 150-200g. La realidad es que en Argentina se come más, pero para tener de parámetro, ayuda. La guarnición suma unos 300 a 400g más, lo que lleva a un total de 600g. No olvidemos el postre (200g) y las bebidas (2 vasos = 400cc). Si tenemos en cuenta que nuestra capacidad gástrica promedio es de 1000 a 1500cc, esas cantidades antes mencionadas permitirán disfrutar de todo un poco, sin las consecuencias y malestares posteriores.
Moderarse
Es importante darse el espacio para disfrutar porque para eso están las fiestas. Disfrutar no incluye sentirse mal y, la realidad, es que siempre terminamos con algún plato de más. Entonces, si hay una picada, tratamos de conseguir un plato y nos servimos aquellas cosas que sabemos que nos gustan mucho. De esta manera podemos visualizar lo que estamos por comer, sobre todo la cantidad que vamos a comer. Otra cosa importante es prestarnos atención, no sólo en el momento que estamos comiendo (saborear y disfrutar y no andar tragando una cosa atrás de la otra), sino también qué nos pasa, como nos vamos sintiendo: ¿qué tengo ganas de comer y qué estoy comiendo solo por comer? Y, algo fundamental, saber cuando decir basta. No hay que olvidarse que luego de la picada y el plato principal, todavía queda el postre y el brindis, que nunca viene solo.
Tratemos de que en el plato haya verduras frescas, si hacemos asado, poner algunas verduras a grillar, que en el postre haya frutas y, guardarse el alcohol para el momento del brindis o intercalar con agua o jugos y gaseosas dietéticas (así restamos un poco de calorías de una manera sencilla).
En definitiva, se trata de ponerse uno mismo en control de sí mismo: ¿qué quiero comer? Y ponerse como objetivo de las fiestas disfrutar, pasarla bien y sentirse bien.
¡Felices fiestas!
Dana Watson
Licenciada en Nutrición. MN: 5908
danazoewatson@gmail.com
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