Lamentablemente comemos cada día un poco peor. En las últimas décadas se han producido cambios que agravan aún más esta afirmación. El fenómeno ha sido denominado transición nutricional, y se caracteriza por la ingesta excesiva de calorías y/o algunos nutrientes (sodio, grasas saturadas, grasas trans y azúcares) y también por el consumo insuficiente de ciertos nutrientes/alimentos (fibras, grasas poliinsaturadas, frutas y verduras).
En relación a esto, es preciso señalar la probada evidencia que existe entre una alimentación no saludable y la aparición de factores de riesgo, tales como sobrepeso, obesidad, aumento de la presión arterial, diabetes, incremento del colesterol en sangre, entre otros. Por su parte, estos pueden prevenirse si adoptamos hábitos más saludables, a través de un consumo adecuado, en cantidad y calidad, de alimentos con perfiles nutricionales más beneficiosos para nuestra salud. Mucho mejor si lo acompañamos de actividad física regular.
Algunos alimentos que nos pueden ayudar a mejorar nuestros hábitos son las frutas secas, las semillas y las frutas desecadas. Además, bien combinados, pueden formar snacks muy ricos, incluso para los más chicos. Les puedo asegurar que es más rico comer un poquito de ananá desecado que el mejor caramelo. ¿Todavía no lo probaron?
Es tiempo de comer mejor. No es tan difícil.